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Ayudando a los Hijos a Reconocer sus Emociones

  • 27 oct
  • 2 Min. de lectura

Enseñar a los niños a identificar y expresar lo que sienten es una de las habilidades más valiosas que podemos brindarles. A menudo, los niños saben que están enojados, tristes o emocionados, pero no encuentran las palabras para describirlo. Ayudarlos a nombrar sus emociones les da poder: los ayuda a comprenderse mejor, a manejar sus sentimientos y a comunicarse de forma más saludable.

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El doctor Daniel Siegel, autor de “El cerebro del niño”, explica que cuando los niños pueden ponerle nombre a lo que sienten (“name it to tame it”), logran calmar su mente y conectar mejor con los demás. En otras palabras, cuando los niños aprenden a reconocer y expresar sus emociones, su cerebro se organiza mejor y se fortalece su inteligencia emocional.


Cómo practicarlo en casa:


Juego de las emociones

Crea tarjetas con rostros que muestren distintas emociones (alegría, tristeza, enojo, miedo, sorpresa, calma, orgullo, etc.). Juega con tu hijo a identificar qué emoción representa cada cara y cuéntenle una situación en la que se hayan sentido así. Este tipo de juego ayuda a los niños a ampliar su vocabulario emocional y a reconocer esas emociones en sí mismos y en los demás.


Lectura en voz alta

Elige cuentos o libros donde los personajes vivan distintas emociones. Mientras lees, haz pausas y pregunta: “¿Cómo crees que se siente el personaje?” o “¿Qué habrías hecho tú en su lugar?”. De esta forma, tu hijo aprende a observar las emociones en diferentes contextos y a reflexionar sobre las suyas.


Conversaciones antes de dormir

Antes de dormir, dedica unos minutos para hablar sobre el día. Puedes preguntar: “¿Qué fue lo que más te gustó hoy?” o “¿Hubo algo que te hizo sentir triste o enojado?”. Escuchar sin juzgar y validar lo que tu hijo siente fortalece su confianza emocional y su relación contigo.


Nombrar las emociones no es solo una habilidad: es un puente hacia la empatía, la calma y la conexión. Los niños que aprenden a hacerlo crecen más seguros, más conscientes y con mejores herramientas para enfrentar la vida.


Pregunta para reflexionar:

¿Tu hijo o hija sabe expresar lo que siente sin miedo?

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