“Así me educaron a mí…”
- 29 sept
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Una mirada a los dichos que seguimos repitiendo, y por qué es hora de cambiarlos
En muchas familias hispanas, crecimos escuchando frases como “La letra con sangre entra”, “Calladito te ves más bonito” o “Más vale un cintarazo a tiempo”. Estos dichos, profundamente arraigados en nuestra cultura, fueron heredados de generación en generación como parte de una forma de criar que buscaba disciplina, respeto y obediencia.
Nuestros abuelos los dijeron con convicción. Nuestros padres los repitieron sin cuestionarlos. Y ahora, muchos de nosotros los seguimos diciendo... aunque en el fondo, algo nos incomoda.
¿Alguna vez te has sentido mal después de gritar o castigar a tu hijo? ¿Has dicho una frase sin pensar, solo porque “así lo hacían contigo”? Esa incomodidad es una señal de que algo dentro de ti quiere criar de otra manera.

¿Por qué seguimos repitiendo estos dichos?
Porque fueron parte de nuestra historia. Porque, a pesar del dolor, aprendimos a sobrevivir. Porque nuestros padres hicieron lo que pudieron con lo que sabían. Pero hoy, tenemos más información. Y, sobre todo, tenemos más conciencia.
Sabemos que los niños no necesitan miedo para aprender. Necesitan conexión. Que el respeto no se exige, se modela. Que expresar emociones no es debilidad, es salud. Y que no se trata de “salir bien” o “mal”, sino de crecer con seguridad, empatía y amor.
Diez dichos que ya no tienen lugar en la crianza actual:
“La letra con sangre entra.”➤ El miedo bloquea el aprendizaje. La curiosidad lo enciende.
“Porque soy tu madre/padre y punto.”➤ El poder sin diálogo no construye respeto, lo impone.
“Calladito te ves más bonito.”➤ El silencio impuesto no enseña respeto, enseña miedo a expresarse.
“Más vale un cintarazo a tiempo.”➤ El castigo físico detiene la conducta, pero no enseña habilidades emocionales.
“A los niños se les educa con la chancla.”➤ Hacer chistes sobre la violencia no la hace menos dañina.
“Los hombres no lloran.”➤ Reprimir emociones no forma hombres fuertes, sino desconectados.
“¡Te voy a dar una razón para que llores de verdad!”➤ El llanto es una forma de comunicación, no una falta de respeto.
“Si no haces caso, va a venir el Coco.”➤ El miedo puede funcionar rápido, pero deja heridas duraderas.
“Así me educaron a mí y no salí tan mal.”➤ El daño no se borra solo porque aprendimos a vivir con él.
“Primero los adultos, luego los niños.”➤ Todos merecen respeto, sin importar la edad.
¿Qué podemos hacer diferente?
Escuchar más allá de la conducta.
Validar emociones, incluso cuando no las entendamos.
Corregir sin humillar.
Enseñar con ejemplo, no con amenazas.
Ser firmes, pero siempre desde el amor.
Educar no es repetir patrones, es sanarlos. Ser padres o cuidadores conscientes no significa ser perfectos, sino estar dispuestos a mirar hacia adentro, cuestionar lo aprendido y construir nuevas formas de amar.
Nuestros hijos merecen una infancia más libre, más segura, más humana. Y tú también mereces sanar tu historia mientras escribes una nueva.
Si pudieras hablarle a tu niño interior, ¿qué palabras de amor y comprensión le dirías hoy en lugar de los dichos que te dolieron?







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